El Grupo Municipal del PP denuncia “el bochornoso espectáculo” vivido este sábado en el CUM Carlos Sastre durante el partido de Tercera FEB que enfrentó al Óbila CB con el Universidad de Oviedo, que se tuvo que detener mediado el segundo cuarto por una gotera que comprometía la seguridad de los jugadores, ya que el agua caía desde la cubierta hasta la cancha de juego. Una situación que ya se produjo la semana pasada en un partido de fútbol sala.

“Los abulenses recordarán la propaganda de XAV en la campaña electoral de 2023, en la que hablaban de unas inversiones de 800.000 euros en instalaciones deportivas de la ciudad, pero la realidad es que era un cuento del alcalde, que sabe mucho de cuentos y poco de cuentas”, subraya el portavoz de Deportes, David Gil.

El edil popular apunta al “destrozo económico que la suspensión definitiva del partido hubiera supuesto para el Obila, ya que el desplazamiento hasta Ávila del conjunto asturiano para disputar el resto del encuentro en otra fecha habría tenido que correr a cargo de la entidad verderona, tal y como marca la normativa de la FEB” y se pregunta “dónde habría estado el equipo de Gobierno en ese supuesto”.

Entre la gestión “desastrosa” de las instalaciones deportivas municipales “tras casi seis años de gobierno de XAV”, Gil recuerda que “muchos niños y niñas se cambian en la calle en pleno invierno para disputar sus partidos en Sancti Spiritu, la piscina del Manuel Sánchez Granado lleva casi un año cerrada, la piscina de la Zona Sur ha dado reiterados problemas de temperatura del agua, las gradas de la Ciudad Deportiva parecen haber sido bombardeadas y el pabellón de San Antonio está como todos sabemos a pesar del anuncio de una actuación que parece ambiciosa, pero que ya veremos cómo son capaces de rematar”.

En definitiva, lo sucedido en el CUM es “la punta del iceberg que abochorna a los aficionados y merma un poco más la imagen de la ciudad en materia deportiva, pues Ávila padece un equipo de Gobierno municipal que rotula la pista con la imagen del Ayuntamiento, pero es incapaz de mantener la cubierta de la infraestructura en óptimo estado, lo cual es una metáfora perfecta de la gestión de XAV”, concluye Gil.